martes, 15 de diciembre de 2009

Un post pre-India

Con motivo de mi viaje a La India, dejo un video sobre la biografía de Madame Blavatsky, la fundadora de la Sociedad Teosófica.
Ya después abriré un espacio para comentar lo que seguramente será un viaje especial.

Sobre H. P. Blavatsky from Vajra on Vimeo.

"En estos tiempos en que la disolución de las diferentes formas del Materialismo del siglo XIX, han llevado al gran público a un interés enorme por las antiguas doctrinas del Esoterismo y la Magia, me ha parecido conveniente escribir sobre ese verdadero enigma que, en el siglo pasado, constituyó Helena Petrovna Blavatsky.

Cierto es que, en los límites de brevedad impuestos a esta obra, no han de caber muchas interesantes características de tan extraña personalidad y aún menos su colosal obra de recopilación e interpretación hecha sobre textos antiguos de Oriente y Occidente."


Jorge A. Livraga Rizzi

domingo, 25 de octubre de 2009

Reflexión sobre la vida y la muerte





Es un poco irónico el saber que lo único que tenemos seguro en ésta vida es al mismo tiempo a lo que más le tememos: La muerte.
Nuestra cultura occidental y nuestras religiones judeo-cristianas nos enseñan a temerle a la muerte. Aún que la religión nos promete vida eterna en un reino de nubes, arpas y simpáticos angelitos ("Se alcanza un nivel ciertamente muy elevado de cultura cuando el hombre se libera de la ideas y temores supersticiosos y religiosos, y, por ejemplo, no cree ya en los simpáticos angelitos o en el pecado original, y ha olvidado también hablar de la salvación del alma: si se encuentra en este grado de liberación, le queda aún por superar, con la máxima tensión de su reflexión, la metafísica" Nietzsche) también hay que recordar que nos promete el castigo eterno, entre llamas, lava ardiendo, criaturas horribles y oscuridad (aunque según un sueño profético de mi mamá, el infierno no es mas que la máxima expresión de la soledad adornada por una serpiente en un panteón, la serpiente también horrible por cierto). Teniendo éstas dos opciones de morada eterna y destino final, al hombre occidental se le enseña a temerle a la muerte, pues está demasiado apegado al mundo material, y la muerte supone por tanto, el desapego a ese mundo, a ese cuerpo que tanto cuidó y en muchas ocasiones hasta excedió en remedios, aditamentos, comida, contaminación y radiación. Se crea entonces una relación fetiche entre el dueño del cuerpo y su cuerpo.
Ahora viene entonces una afirmación que me ha cambiado un poco la vida (hay miles de ellas que me han ido cambiando la vida, dicho sea de paso, si tu vida no va en constante cambio, ni es vida): Tú no eres tu cuerpo. El dueño del cuerpo es cosa muy distinta al cuerpo en si. El cuerpo se regenera cada segundo, millones de células nacen y otros millones mueren, las uñas crecen y las cortamos, el cabello igual, nuestras secreciones, nuestros gases salen y dejan de ser parte de nuestro intestino para pasar a formar parte del espacio aéreo, nuestras lágrimas que alguna vez formaron parte de nuestro sistema linfático, cuando lloramos pasan a formar parte otra vez del espacio aéreo. Todo lo que alguna vez consideramos como nuestro cuerpo, en cuestión de minutos o segundos pasa a engrosar las filas del aire, del agua y de la tierra. ¿Que queda de aquel bebé hermoso que nuestra mamá alimentaba con su sacro pecho, con sus piernitas, manitas y su sonrisa de querubín? Todas esas células han ido muriendo y regenerándose, nacen, crecen y mueren, todo en un constante cambio (si el mismo cuerpo físico sigue ésta regla, apoya mi teoría de que tu vida mental debe ir en constante cambio por ley natural). De aquí que se desprenda naturalmente que Tú no eres tu cuerpo.
Al comprender ésto se deja de temer a la muerte, pues lo único que de estar animado cuando morimos es el cuerpo, siendo el cuerpo entonces un vehículo de nuestra verdadera esencia. A saber tenemos siete cuerpos o principios: 1) Âtman (Espíritu); 2) Buddhi (alma espiritual); 3) Manas (mente o alma humana); 4) Kâmarûpa (alma animal, asiento de los instintos, deseos y pasiones); 5) Prâna (vida, o sea la porción de Jîva que el cuerpo físico se ha apropiado); 6) Linga-zarîra (cuerpo astral, o doble etéreo, vehículo de la vida), y 7) Sthûla-zarîra (el cuerpo físico, moldeado sobre el Linga-zarîra)  (Blavatsky. Doctr. Secr., I, 177 y II, 627).





Hay otro aspecto importante a ser tomado en cuenta por la mente occidental, y es otra de ésas afirmaciones que cambian la vida y la forma de ver las cosas: La muerte no existe. Todo es vida en el universo, todo está en constante movimiento, nada está inerte, pues en el actual período de manifestación todo está en un perpetuo e incansable movimiento. La piedra que yace en el páramo más inhóspito de la tierra, tiene átomos que se mueven frenéticamente y que le dan su carácter sólido, por tanto, está viva. El cadáver de un hombre que se postra ante una mesa de exploración médica, tiene dentro de si, miles de reacciones químicas, miles de moléculas interactuando unas con otras, millones de partículas atómicas intercambiando energía, por tanto, está vivo. Nótese que no utilizo acá lenguaje "súper elevado" ni hablo de subjetivismos religiosos o espiritualoides, cosas místicas que sólo pueden alcanzar seres superiores a través de décadas de introspección ascética. No, hablo con el lenguaje de la ciencia. La definición de vida para la Real Academia Española de la Lengua es Vida: (del latín vita) Fuerza o actividad interna sustancial, mediante la que obra el ser que la posee. Y para la Enciclopedia Británica : materia viva es aquella que muestra ciertos atributos que incluyen capacidad de reacción, crecimiento, metabolismo, transformación de la energía y reproducción.
La pregunta que cabría hacer aquí es ¿Qué/quién/quienes es/son ésa fuerza interna sustancial o qué/quién/ quienes otorga(n) ésos atributos a la materia? ¿Qué ordena a las células? ¿Quién las dirige? ¿Cuál es ésa fuerza interna que de manera ordenada, milimétrica, efectiva y precisa le da capacidad de reacción, pensamiento y fuerza a un pedazo de materia inanimado?
Para los tibetanos es Fohat
"es el oculto poder electrovital personificado, que bajo la voluntad del Logos creador, une y combina todas las formas, dándoles el primer impulso, que con el tiempo se convierte en ley; la fuerza activa en la Vida universal, el principio animador que electriza cada átomo haciéndole entrar en la vida; la eminente unidad que enlaza todas las energías cósmicas, tanto en los planos invisibles como en los manifestados.  Penetrando en el seno de la substancia inerte, la impulsa a la actividad y guía sus primarias diferenciaciones en los siete planos de la Conciencia cósmica.  Obra sobre la substancia manifestada o Elemento único, y diferenciándolo en varios centros de energía, pone en acción la ley de Evolución cósmica, que, obediente a la ideación de la Mente universal, hace brotar a la existencia todos los diversos estados del Ser en el sistema solar manifestado.  Es el misterioso lazo que une el Espíritu con la Materia, el Sujeto con el Objeto; el “puente” por medio del cual las ideas existentes en el Pensamiento divino se imprimen en la Substancia cósmica como leves de la Naturaleza"


Cuando murió mi abuela, y un mes después mi bisabuela, comprendí que la forma de manifestación de su vida había cambiado, que se encontraban en un nivel distinto de expresión de la vida, que habían dejado la materia para perderse un momento por los órdenes no-materiales pero que seguían formando parte de la vida, pues en éste período de manifestación del cosmos (manvantara) Todo es Vida.
Ahora bien, la ciencia podría aducir que no es lo mismo simplemente vida a vida inteligente, y que las búsquedas en el espacio exterior no sólo buscan vida, sino vida inteligente (que hasta ahora en el 2009 oficialmente seguimos siendo los seres humanos la única expresión de vida inteligente en todo el universo, tema tan controversial que da para otro post). Porque se podrá encontrar agua en la Luna, gases en Titán o hielo en Neptuno pero a esto nunca se le llamará vida inteligente, sino apenas un conglomerado de hidrógeno, oxígeno y carbono. Sin embargo, ese conglomerado parece guardar un orden, una exactitud danzarina, un vaivén bien argumentado de átomos, órbitas electrónicas y partículas sub-atómicas. Pareciera los electrones, neutrones y protones no se conforman con asistir al salón de baile, sino que bailan al ritmo de una música universal, y lo hacen con tal arte y gracia, que diera la impresión de ser un grupo de baile que se mueve al ritmo de un glorioso vals orquestado por el Fohat. Por tanto, éstas fuerzas de cohesión, de movimiento intramolecular y sub-atómico no parecen ser poco inteligentes. De aquí que se desprenda que todo el universo es vida inteligente (teniendo en cuenta claro, que hay distintos niveles de inteligencia, así como hay distintas formas de organización de la vida, lo que le da al universo una combinación infinita de manifestaciones de la vida).



En México no se celebra a la muerte, apenas se conmemora a nuestros muertos, cosa muy distinta. Las antiguas tradiciones prehispánicas tenían la concepción de que los muertos iban a parar a Mictlán, análogo al paraíso Judeo-cristiano o islámico, lugar de descanso de las almas (se podría también comparar con el Devachan de la Teosofía, sólo que en las tradiciones cristianas e islámicas el paraíso es un destino final, mientras que el Devachan es un estado intermedio entre dos vidas terrestres). La celebración mexicana tiene como fundamento que los muertos nos visitan el 1 y 2 de noviembre, y por tanto se les recibe con comida, bebida, música y algarabía. Muy lejana a la idea de que son rituales macabros donde se le rinde pleitesía a la muerte como un avatar o deidad. Pero se advierte ya que el país guarda una tradición en la que la muerte se ve como un estado transitorio, una morada benefactora, un paso. Sea pues la muerte no un final, sino un estado, un proceso en el cual la materia pierde la fuerza vital, pero la esencia perdura, y con ella la vida.


sábado, 19 de septiembre de 2009

DEMON EST DEUS INVERSUS


Esta frase simbólica, en sus múltiples formas, es ciertamente muy peligrosa e iconoclasta frente a todas las últimas religiones dualistas, o más bien teologías, y especialmente a la luz del cristianismo. Sin embargo, no sería justo ni exacto decir que el Cristianismo es el que ha concebido y dado luz a Satán. Como “Adversario”, como Poder opuesto requerido por el equilibrio y la armonía de las cosas en el Universo, así como es necesaria la sombra para hacer resaltar la Luz, la Noche para poner más de relieve al Día, y así como el Frío hace apreciar más la bondad del calor, así ha existido siempre Satán. La Homogeneidad es una e indivisible. Pero si el Uno y Absoluto homogéneo no es una mera figura del lenguaje; y si lo Heterogéneo, en su aspecto dual, es su producción, su sombra o reflejo bifurcado, entonces aquella Homogeneidad divina tiene que contener en sí misma tanto la esencia de lo bueno como de lo malo. Si “Dios” es Absoluto, Infinito y Raíz Universal de todas las cosas en la Naturaleza y en su Universo, ¿de dónde viene el Mal o el Demonio, sino de la misma Matriz áurea del Absoluto? Así pues, o tenemos que aceptar la emanación del bien y del mal, de Agathodaemon y de Kakodaemon, como ramas del mismo tronco del Árbol de la Existencia, o tenemos que resignarnos al absurdo de creer en dos Absolutos eternos.

Teniendo que buscar el origen de la idea en los mismos principios de la mente humana, es de justicia entretanto conceder lo suyo hasta al Diablo proverbial. La antigüedad no conocía ningún “Dios del mal” aislado, completa y absolutamente malo. El pensamiento pagano representaba al bien y al mal como hermanos gemelos, nacidos de la misma madre, la Naturaleza; tan pronto como aquel pensamiento se perdió, haciéndose arcaico, la Sabiduría se convirtió en Filosofía. En el principio, los símbolos del bien y del mal eran meras abstracciones, Luz y Tinieblas; más tarde, sus tipos fueron elegidos entre los fenómenos cósmicos más naturales y siempre repetidos periódicamente, el Día y la Noche, o el Sol y la Luna. Luego fueron representados por las Huestes de las Deidades del Sol y de la Luna, y el Dragón de las Tinieblas fue el contraste del Dragón de la Luz. La Hueste de Satán es Hija de Dios, lo mismo que la Hueste de B’ne Alhim, los Hijos de Dios que fueron a “presentarse ante el Señor”, su Padre (1). “Los Hijos de Dios” se convirtieron en “Ángeles caídos” sólo cuando comprendieron que las hijas de los hombres “eran hermosas” (2).


En la filosofía inda, los Suras estaban clasificados entre los dioses más primitivos y resplandecientes, y se convirtieron en Asuras sólo cuando fueron destronados por la fantasía brahmánica. Satán no tomó nunca la forma antropomórfica, individualizada, hasta que se completó la creación por el hombre, de “un Dios personal viviente”; y entonces sólo como una cosa de principal necesidad. Era necesaria una pantalla, un testaferro para explicar la crueldad, los errores y la injusticia demasiado evidentes, perpetrados por aquél a quien se atribuía la perfección, la misericordia y la bondad absolutas. Éste fue el primer efecto kármico de abandonar un Panteísmo filosófico y lógico, para construir, como apoyo para el hombre perezoso, “un Padre misericordioso en el Cielo”, cuyas acciones diarias y de cada momento, como Natura Naturans, la “Madre hermosa, pero fría como el mármol”, desmienten la suposición. Ésta condujo al concepto de los gemelos primitivos Osiris-Tifón, Ormazd-Ahriman, y por último Caín-Abel y el tutti quanti de los opuestos.
Habiendo empezado “Dios”, el Creador, por ser sinónimo de Naturaleza, terminó por ser convertido en su autor. Pascal resuelve muy artificiosamente la dificultad, diciendo:

La Naturaleza tiene perfecciones para mostrar que es la imagen de Dios; y defectos para indicar que es tan sólo su imagen.


Mientras más se profundiza en la obscuridad de las edades prehistóricas, más filosófica aparece la figura prototípica del último Satán. El primer “Adversario”, en forma individual humana, que se encuentra en la antigua literatura puránica, es uno de sus más grandes Rishis y Yoguis - Nârada, llamado “el Productor de las contiendas”.
Él es un Brahmaputra, un hijo de Brahmâ, el masculino. Pero más adelante nos ocuparemos de él. Quien sea en realidad el gran “Impostor”, se puede poner en claro, investigando el asunto, con los ojos abiertos y la mente libre de prejuicios, en todas las Cosmogonías y Escrituras antiguas.
Es al Demiurgo antropomorfizado, al Creador de Cielos y Tierra, separado de la Hueste colectiva de sus Creadores Compañeros, a quien, por decirlo así, representa y sintetiza. Ahora es el Dios de las Teologías. “El deseo es padre del pensamiento”. Ocurrió una vez que un símbolo filosófico abandonó a la perversa imaginación humana; después tomó la forma de un Dios diabólico, engañador, astuto y celoso.
Como los Dragones y otros Ángeles Caídos se describen en otras partes de esta obra, bastarán ahora unas cuantas palabras sobre el tan maltratado Satán. El estudiante debe tener presente que en todo el mundo, excepto en las naciones cristianas, el Diablo no es hasta hoy más que el aspecto opuesto, en la naturaleza dual del llamado Creador. Esto es natural. No puede pretenderse que Dios sea la síntesis de todo el Universo; que sea Omnipresente, Omnisciente e Infinito, y divorciarlo luego del Mal. Como hay mucho más Mal que Bien en el mundo, se deduce lógicamente que o bien Dios tiene que abarcar el Mal y ser causa directa del mismo, o de lo contrario abandonar toda pretensión a la Absolutividad. Los antiguos comprendían esto tan bien, que sus filósofos, a quienes siguen ahora los kabalistas, definían el Mal como el “revestimiento” de Dios, o el Bien; y Demon est Deus inversus es un adagio muy antiguo. Verdaderamente, el Mal no es sino una fuerza ciega competidora en la Naturaleza; es la reacción, la oposición y el contraste -el mal para unos, el bien para otros-. No hay malum in se, sino sólo la Sombra de la Luz, sin la cual ésta no podría tener existencia, ni aun para nuestra percepción. Si el Mal desapareciese, el Bien también desaparecería con él de la Tierra. El “Antiguo Dragón” era Espíritu puro antes de convertirse en Materia; era pasivo antes de ser activo. En la Magia sirio-caldea, tanto Ophis como Ophiomorphos, se juntan en el Zodíaco en el signo Andrógino Virgo Scorpio. Antes de su caída en la tierra, la Serpiente era Ophis-Christos; y después de su caída, se convirtió en Ophiomorphos-Chrestos. En todas partes las especulaciones de los kabalistas tratan al Mal como una Fuerza que es contraria, pero al mismo tiempo esencial para el Bien, dándole la vitalidad y existencia que, de otro modo, no podría tener. No habría Vida posible (en el sentido mayávico) sin la Muerte; ninguna regeneración ni reconstrucción sin destrucción. Las plantas perecerían bajo una luz solar eterna, y lo mismo le sucedería al hombre, que se convertiría en un autómata sin el ejercicio de su libre albedrío, y sin su aspiración hacia la luz, que perdería su ser y su valor para él si no hubiese otra cosa. El Bien es infinito y eterno tan sólo en lo eternamente oculto para nosotros, y por esto nos lo imaginamos eterno. En los planos manifestados, uno equilibra al otro. Pocos son los deístas creyentes en un Dios Personal que no hagan de Satán la sombra de Dios, o que, confundiendo a ambos, no crean tener derecho para rogar a su ídolo, pidiéndole su ayuda y protección para la ejecución e inmunidad de sus actos malos y crueles. “No nos hagas caer en la tentación”, es la oración que dirigen a “nuestro Padre en el Cielo”, y no al Diablo, millones de corazones cristianos. Esto lo hacen repitiendo las mismas palabras que ponen en la boca de su Salvador, y sin embargo no se les ocurre pensar en el hecho de que su significado lo contradice por completo Santiago, “el hermano del Señor”.
Que no diga hombre alguno cuando siente la tentación, estoy tentado por Dios; pues Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta él a hombre alguno (3).

¿Por qué, pues, decir que el Diablo es quien nos tienta, cuando la Iglesia nos enseña, bajo la autoridad de Cristo, que es Dios quien lo hace? Abrid cualquier libro piadoso en donde se defina la palabra “tentación” en su sentido teológico, y encontraréis en seguida dos definiciones:

(1ª) Aquellas aflicciones y penas con las cuales prueba Dios a los suyos. (2ª) Aquellos medios e incitaciones empleadas por el Demonio para engañar y alucinar a la Humanidad (4).

Las enseñanzas de Cristo y de Santiago se contradicen al ser aceptadas literalmente; ¿y qué dogma puede reconciliar las dos si se rechaza el significado oculto?
¡Entre las alternativas seducciones, sabio será el filósofo que pueda decidir dónde Dios desaparece para ser reemplazado por el Diablo! Por lo tanto, cuando leemos que “el Demonio es un mentiroso y el padre de la mentira”, que es la mentira encarnada, y se nos dice al mismo tiempo que Satán, el Demonio, era un Hijo de Dios y el más hermoso de sus Arcángeles, antes que creer que el Padre y el Hijo son una Mentira gigantesca, personificada y eterna, preferimos dirigirnos a la filosofía pagana y a la panteísta, para informarnos.

Texto tomado de La Doctrina Secreta Vol. 2 de H.P. Blavatsky

domingo, 26 de julio de 2009

¿Quién es Satán?


Seguramente no hay punto alguno en que se vea de un modo tan manifiesto a qué absurdos extremos pueden conducir las erróneas interpretaciones de ideas y doctrinas primitivas. El Satán de la teología occidental, con todo el horror dogmático de tal ficción, es hijo de una interpretación viciosa que ha desfigurado por completo uno de los conceptos más ideales y profundamente filosóficos del pensamiento antiguo. Las leyendas de los "Angeles caídos" y de las "Guerras en el cielo" son de origen puramente pagano, y proceden de la India y de la Caldea. Dichas guerras se refieren a luchas de ajustamiento espiritual, cósmico y astronómico, pero principalmente al misterio de la evolución del hombre, tal como es en la actualidad. El clero de todas las religiones dogmáticas considera a Satán como "Enemigo de Dios", "Angel rebelde", "Angel del Mal", o "Espíritu de las Tinieblas"; pero, una vez que deja de ser considerado segun el supersticioso y antifilosófico espíritu de las Iglesias, Satán viene a convetirse en la grandiosa figura de un Personaje que del hombre terrestre hace un Hombre divino; que le da, durante el dilatado ciclo del Mahâkalpa, la ley del Espíritu de Vida, que le libra del pecado de la ignorancia, y por lo tanto, de la muerte. (Doctr. Secr., I, 220). Satán era uno de los "Hijos de Dios" y el más hermoso de sus arcángeles. En los Purânas, el primer "Adversario" en forma humana es Nârada, hijo de Brahmâ, y uno de los más grandes Richis y Yoguis, designado con el sobrenombre de "Promovedor de contiendas". (Idem, II, 244). Satán es uno con el Logos (II, 245). El Logos es Sabiduría, pero, al mismo tiempo, como adversario de la ignorancia, es Satán y Lucifer. Satán es el verdadero creador y bienhechor, el Padre espiritual de la humanidad, el Heraldo de la Luz, el brillante Lucifer que abrió los ojos al autómata "creado" por Jehovah, y confirió al linaje humano la inmortalidad espiritual. (Id., II, 254). Impulsado por la ley del Karma y de la evolución eterna, el Angel se encarnó como hombre en la tierra conservando todo su saber y conocimiento divinos (II, 296). La Sabiduría divina, cayendo como un rayo (cadebat ut fulgur), avivó la inteligencia de aquellos que luchaban contra los demonios de la ignorancia y de la superstición. Satán puede considerarse alegóricamente como el Bien y el Sacrificio y como Dios de la Sabiduría (II, 247). No sin razón, pues, se le ha calificado de "Adversario", porque es, como acaba de decirse, el Dios de la Sabiduría, y especialmente de la Sabiduría secreta, naturalmente opuesta a toda ilusión mundana y efímera, incluyendo en ellas las religiones dogmáticas y eclesiásticas (Id., II, 394). Por otra parte, Satán ha existido siempre como fuerza antagónica, tal como la requieren el equilibrio y la armonía de todas las cosas de la Naturaleza, de igual modo que es necesaria la sombra para hacer más brillante la luz, y la noche para que resalte el esplendor del día. Dios y Satán: los dos "Supremos", son una sola y misma entidad vista desde dos aspectos diversos. (Idem., I, 218 y 219). La Iglesia, pues, al maldecir a Satán, maldice la reflexión cósmica de Dios; anatematiza a Dios hecho manifiesto en la Materia y en el mundo objetivo; execra a Dios o la Sabiduría siempre incomprensible, que se revela como Luz y Sombra, Bien y Mal en la Naturaleza. Si "Dios" es absoluto, infinito y la Raíz universal de todo cuanto hay en el universo, ¿de dónde viene el Mal sino de la matriz misma de lo Absoluto? Así, tenemos que aceptar la emanación del Bien y del Mal, del Agathodaemon y del Kakodaemon como ramos del mismo tronco del Arbol del Ser; o de lo contrario, hemos de resignarnos al absurdo de creer en dos Absolutos (Id., I, 443). Pero, bien considerado, no hay realmente Mal en sí; el Mal no es sino una fuerza ciega antagónica en la Naturaleza; es reacción, oposición y contraste; mal para unos, bien para otros; no hay regeneración ni reconstrucción sin destrucción. Si desapareciera el Mal en la tierra, con él desaparecería el Bien.

Una vez explicada la significación de la alegoría de Satán y su hueste, resulta que rehusaron crear al hombre físico sólo para ser los salvadores directos y los creadores del Hombre divino. En lugar de ser un mero instrumento ciego, impelido y guiado por la Ley insondable, el Angel "rebelde" reclamó y exigió su derecho de voluntad y juicio independiente, su derecho de libre acción y responsabilidad, puesto que el hombre y el ángel son iguales ante la ley kármica. (Id., I, 215-216). Hasta que la Sabiduría descendió de lo alto para animar a la tercera Raza y llamarla a la verdadera vida consciente, la humanidad estaba condenada a la muerte moral. (II, 240). Se ha denominado a Satán "Angel de las Tinieblas", y esto no deja de ser justo en el sentido de que la Obscuridad es Luz absoluta, cosa que la teología parece haber olvidado. Satán es, por fin, nuestra naturaleza humana y el hombre mismo, razón por la cual se ha dicho que siempre está cerca del hombre e inextricablemente entretejido con él; sólo es cuestión de que este Poder se halle latente o activo en nosotros. (II, 501). ¡Cuán otra sería la suerte del mundo si la gente tuviera más horror a la tenebrosa ignorancia y al frío egoísmo que al ridículo Satán de la teología!
Glosario Teosófico de H.P Blavatsky

jueves, 18 de junio de 2009

Curso Interactivo "La Teosofía, un sendero hacia la sabiduría"



Los invito a que juntos hagamos un SENDERO de la TEOSOFÍA, introduciéndonos al conocimiento práctico de las leyes de la naturaleza objetiva y subjetiva, para lograr la ARMONÍA de nuestras vidas.
Pretendo a lo largo del curso que he diseñado, afianzar el conocimiento de las leyes, principios y procesos de la naturaleza, y encontrar las maneras de aplicarlas a muestra vida diaria.
El propósito principal del curso, es favorecer una comprensión más profunda de los conceptos básicos de la Doctrina Teosófica, con el fin de que todos los asistentes logren poner en movimiento "La Gran Ley" y todos sus aspectos que aparentemente se encuentran separados y estáticos, para alcanzar un estado de unicidad del hombre con el TODO.
Las herramientas y su aplicación de cada una de ellas serán el centro de todas las charlas: el amor, la inteligencia y la voluntad.
Mas informes con Miss Gloria, al 55466545 de 18 a 21 hrs de L a V, o comenta la entrada de este blog y con gusto te informaré, Te esperamos!

Acerca de la directora del Curso Interactivo
C.P. Leonor Ruiz Quintero, "nací en Mérida, Yuc. Miembro de la Sociedad Teosófica desde 1993, miembro del consejo nacional por 6 años, pertenecí a la soc. mexicana de filosofía donde me especialicé en estudios de Tarot, Cabalah y Anatomía Oculta y Astrología Esotérica. Actualmente colaboro en la logia Morya, habiendo sido Presidenta de ella 3 años, e imparto clases de Cabalah a miembros y simpatizantes de esta Sociedad"

¿Dónde?: Sede Nacional, Ignacio Mariscal No.126, Col. Tabacalera (entre el monumento a la Revolución y San Cosme) México DF, CP 06030
¿Cuándo?: Los Viernes, del 19 de Junio al 24 de Julio de 2009, de 19:00 a 20:15 horas
¿Cuánto?: $50 pesos por sesión, $250 por las 6 sesiones. (gratuito para miembros de la sociedad)

Más informes con Miss Gloria al 55466545 de 18 a 21 hrs de L a V, o mándame un comentario aquí y con gusto te informaré, Te esperamos.

domingo, 3 de mayo de 2009

El Campo Luminoso


Procedentes de Grecia habíamos llegado a Constantinopla un alegre y escogido grupo de turistas. Doce o más horas al día habíamos dedicado a subir y bajar por las escarpadas alturas de Pera, visitando lugares, encaramándonos en lo alto de los minaretes y abriéndonos camino entre jaurías hambrientas: los perros vagabundos, tradicionales dueños de las calles de Estambul. Se dice que la vida bohemia es contagiosa, y que ninguna civilización ha alcanzado a destruir el encanto de la libertad omnímoda una vez que se han gustado sus dulzuras. El gitano no puede vivir sin su tienda portátil, que es su carro, ya veces el viaje a pie es para él una segunda naturaleza, una fascinación irresistible de su nómada y precaria existencia. Mi principal cuidado, por tanto, desde que entré en Constantinopla, fue el de evitar que mi perdiguero Ralph cayese también víctima de tamaño contagio viniendo en ganas de unirse alegremente a los beduinos de su canina raza que infestaban las calles de la ciudad.
Aquel hermoso camarada de mi perro era mi más fiel y constante amigo, y temeroso de perderle, le vigilaba en sus menores impulsos; pero el pobre animal se portó durante los tres primeros días como un cuadrúpedo medianamente educado. A las imprudentes acometidas de sus congéneres mahometanos, su única respuesta era la de meter el rabo entre piernas, bajar humildemente las orejas y buscar acobardado la protección de cualquiera de nosotros. Viéndole, pues, tan refractario a las malas compañías empecé a confiarme en su discreción y disminuyendo mi vigilancia, pero de allí a poco tuve que lamentar el haber puesto una excesiva confianza en mala parte. En un momento de descuido, unas sirenas de cuatro patas le sedujeron traidoras, y lo único que de él vi fue la punta de su gallardo rabo desapareciendo en sucia y tortuosa callejuela.
Inútiles resultaron después las pesquisas practicadas para dar con el paradero final de mi mudo compañero. Ofrecí veinte, treinta, cuarenta francos a quien le hallase y me te trajese. En un momento se puso en su busca una legión de malteses más vagabundos que los mismos perros, y que asaltaron nuestro hotel trayendo sendos perros sarnosos en sus brazos, perros que pretendían hacer pasar por mi fiel amigo. Mientras más me resistía yo a semejante matute, más porfiaban ellos, y uno de aquellos miserables, cayendo de rodillas y sacando del pecho una antigua y corroída medalla de la Virgen, llegó hasta a jurarme que la misma Reina del Cielo se le había aparecido para indicarle cuál era el verdadero animal. Un momento hasta me temí que la súbita desaparición de Ralph determinase un curioso motín, como acaso habría ocurrido si nuestro patrón no hiciese venir a una pareja de kavasses o policías que se encargaron de aventar corteses a aquella turba de bípedos y de cuadrúpedos.
Sospeché entonces que ya no volvería a ver más a mi perrito, y aun acabé por perder toda esperanza, cuando el conserje del hotel –un honorable ex salteador de caminos, hombre que no habría pasado menos de media docena de años como penado en las galeras –me aseguró solemnemente que todas mis pesquisas serían inútiles, pues mi perdiguero habría sido muerto y devorado por sus congéneres, dado que los perros turcos vagabundos encuentran muy de su gusto las carnes de sus sabrosos hermanos los perritos de Inglaterra.
La anterior escena había ocurrido en plena calle, a la puerta del hotel, y ya iba a retornar a mis habitaciones, cuando una anciana griega, que me había estado oyendo desde el umbral de una casa cerrada, dijo a mi acompañante Miss H… que, si queríamos, podía interrogarse sobre el caso a los derviches.
–¿Y qué pueden saber esas gentes acerca del paradero de mi can? Les respondí con ironía.
–Los hombres santos lo saben todo, para ellos no hay secretos– objetó misteriosamente la anciana. –La semana pasada me robaron un abrigo nuevo que mi hijo me trajo de Brusa y, como veis, lo recobré y lo tengo puesto.
–Pero, entonces, los santos hombres os le han transformado también de nuevo en viejo –añadió uno de los de la partida señalando a un gran jirón preso con alfileres que mostraba el abrigo en la espalda.
–Esta es, precisamente, la parte más grave de mi historia –contesté la vieja con
aplomo; –porque, habéis de saber que ellos me mostraron en el espejo mágico el barrio, la casa y hasta la habitación donde el judío que me le robase estaba en aquel instante haciéndole pedazos. Mi hijo y yo volamos al punto al barrio de Kalindijkulosek donde atrapamos al ladrón en plena faena, al mismo ladrón que habíamos visto en el espejo y que, convicto y confeso, pronto fue metido en la cárcel.
Aunque ninguno de los de la partida sabíamos qué podría ser aquello del espejo mágico de los derviches, resolvimos ir a ver a uno de éstos al otro día. En efecto, apenas los muecines, con monótono vocear, habían cantado desde los altos minaretes la hora del mediodía, descendimos desde la colina de Pera hasta el puerto de Gálata, abriéndonos paso a codazos por entre los abigarrados concurrentes al mercado. Aquella Babel de cien lenguas; aquella ensordecedora algarabía nos levantaba dolor de cabeza.
Por otra parte, allí no hay medio de orientarse ni de buscar las calles por sus nombres ni las casas por su número, y hay que confiar en Alab y en su profeta, cuando no en las vagas indicaciones de la proximidad del punto que se busca a tal edificio o mezquita.
A costa, pues, de mil rodeos y pesquisas, acabamos por encontrar el barrio donde se vendían cosas inglesas, detrás del cual se encontraba el sitio al que nos dirigíamos.
Aunque el guía de nuestro hotel no sabía tampoco el retiro de los “santos hombres”, un chicuelo griego, en toda la sencillez del desnudo más nativo, consintió, mediante una moneducha de cobre, en llevarnos a la presencia de uno de aquellos adivinos.
Penetramos en un sombrío salón, que más bien parecía establo abandonado. El piso, largo y estrecho, estaba cubierto de arena, y sólo recibía luz por pequeñas ventanas allá arriba. Los derviches, terminados sus ritos matinales, descansaban, sin duda, unos tendidos cuan largos eran, otros recostados, y en pie, con extraviada mirada meditando, nos dijeron, acerca de la Deidad invisible. Todos ellos parecían de inerte mármol, sin responder a nuestras preguntas. Nuestra perplejidad acabó pronto, sin embargo, cuando uno de ellos, seco y alto, con una puntiaguda gorra que le hacía parecer mucho más alto aún, surgió no sé de dónde, diciéndonos que él era el superior de aquella comunidad de santos, añadiendo que no nos habían respondido porque cuando, mediante la oración, se ponen en comunicación con Alah, no se les puede interrumpir por motivo alguno.
Nuestro intérprete explicó al viejo que nuestra visita sólo a él se dirigía, puesto que él era el depositario de la varilla adivinatoria. Al punto nos extendió la mano en demanda de la previa limosna. Luego que se hubo guardado ésta, se negó a practicar ceremonia alguna para la averiguación del paradero del perro más que ante dos miembros solamente de nuestra comitiva, que fueron Miss H… y mi persona.
Ambos penetramos seguidamente tras el derviche a lo largo de un corredor semisubterráneo; subimos por una escalera portátil a una pieza artesonada, y de ella hasta un miserable desván, lleno de polvo y de telarañas. Allí vimos en un rincón un bulto, que yo creí era un montón corno de trapos viejos y que se movió poniéndose en pie. Era la criatura más deforme y astrosa que en mi vida he visto. Una mujer–niña; una enana hidrocéfala e imponente, con unos hombros de granadero, y por piernas dos patitas de araña, piernas arqueadas que apenas si podían soportar la desproporción de la feísima mole de su cuerpo. Su cara, burlona y agresiva como la de un sátiro, mostraba una media luna roja pintada sobre su frente; su cabeza se escondía bajo un mugriento turbante; sus piernas ostentaban grandes bombachos turcos; una sucia muselina envolvía su cuerpo, alcanzando apenas a cubrir las deformidades de sus carnes, llenas de tatuajes, signos y letras árabes.
La espantosa criatura se desplomó más que se sentó en medio de la pieza, levantando una molesta nube de polvo; ¡era la famosa Tatmos, el oráculo de Damasco, al decir de las gentes! Al punto el derviche trazó con tiza en torno de la muchacha un círculo de unos tres pies de radio; sacó, no sé de dónde, doce lamparitas de cobre, que llenó del contenido negruzco de una botella que ocultaba en su pecho y las colocó sin simetría en torno de la víctima; de un entrepaño de la desvencijada puerta arrancó una astilla y, cogiéndola entre el pulgar y el índice, empezó a soplarla a intervalos regulares, mascullando al par oraciones, fórmulas como de encantamiento, hasta que de pronto, y sin causa ostensible, brotó una chispa de la astilla que comenzó a arder corno una seca pajuela.
Con aquel fuego, tan extrañamente obtenido, comenzó a encender las doce lámparas del círculo. Tatmos la adivina, que hasta entonces había yacido inerte, se quitó rápidamente los bombachos y los arrojó al rincón, dejándonos al descubierto con sus monstruosos pies, la belleza adicional de un sexto dedo. El derviche, por su parte, entró en el círculo, y, cogiéndola por los tobillos, la alzó cual un saco de patatas, poniéndola bonitamente cabeza abajo, balanceándola en esta posición como un péndulo, y acabando por hacerla girar en el aire del más extraño modo.
Mi compañera, Miss H…, aterrada ante el estupendo caso que tenla a la vista, huyó a refugiarse en el ángulo más apartado, mientras que la enana, bajo el impulso del derviche, acabó por adquirir un movimiento rotatorio, como el de una peonza, durante dos minutos, hasta que fue disminuyendo y cesó por completo.
La infeliz enana, así mesmerizada, parecía sumida en un estado como de catalepsia, con su barba sobre el pecho, y espantosa sobre toda ponderación. El derviche luego cerró cuidadosamente la única ventana del recinto y habríamos quedado a obscuras a no ser por un agujero de la misma, por donde penetraba un rayo de sol, que venia a caer exactamente sobre la muchacha. Nos impuso silencio con ademán solemne, cruzó los brazos sobre el pecho, y, fijando su mirada en el punto brillante que caía sobre la cabeza de Tatmos, quedó tan inmóvil como ella, mientras yo me deshacía en cábalas pretendiendo averiguar qué relación podrían tener tamañas extravagancias con la averiguación del paradero de mi Ralph.
El disco brillante que demarcaba el rayo de sol se fue convirtiendo, no sé cómo, en una estrella brillante. Por inexplicable fenómeno de óptica, la estancia que antes había estado pobremente iluminada por aquel rayito de luz, se fue obscureciendo más y más a medida que aumentaba en brillantez la estrella, hasta que nos vimos envueltos en una obscuridad verdaderamente cimeriana, mientras que la estrella titilaba y giraba lentamente al principio; luego, con vertiginosa rapidez, creciendo hasta envolver a la enana como en un océano luminoso. Finalmente, la estrella decreció en su giro, al par que se iba apagando con los suaves destellos de la luna en el agua, iluminando sin penumbras el círculo y dejando el resto en absoluta obscuridad.
Llegado así el supremo momento, el derviche, sin pronunciar palabra, alargó la mano, con la que me cogió la mía, señalándome el círculo luminoso. Por todo su ámbito vimos como formarse y condensarse flóculos blanquecinos de plateado brillo lunar, los cuales constituyeron bien pronto informes figuras cambiantes, al modo de reflexiones astrales en un espejo. Pronto, con asombro por mi parte, y con la consternación de mi amiga, se nos presentó, en el panorama así formado, el puente principal, que une a la antigua con la nueva ciudad, atravesando el Cuerno de Oro desde Gálata a Estambul. Vimos deslizarse por el Bósforo los alegres caiques; el hormiguear de la ciudad; las quintas; los palacios y demás edificios encarnados, reflejándose fantásticos en las aguas iluminadas por el sol del mediodía y desfilando mágicamente, hasta el punto de que no podíamos discernir si era todo aquello lo que se movía o nos movíamos simplemente nosotros. Lo más extraño del caso era que, no obstante toda aquella agitada vida que se mostraba a nuestra vista, no se escuchaba el menor ruido, sino que se desarrollaba en el silencio angustioso de un ensueño singular… Las calles iban sucediéndose unas a otras en raudo desfilar nuestro o suyo. Ora pasaba una tienda de estrecha callejuela; ora un café turco lleno de fumadores de opio en el momento en que uno de éstos vertía inadvertido el café y el narghilé sobre su vecino, recibiendo de él una sarta de injurias. De visión en visión llegamos as¡ ante un gran edificio, en el que reconocí el palacio del Ministerio de Hacienda, y allí, ¡oh, dolor! en los fosos traseros del mismo, moribundo y lleno de fango su sedoso pelo, yacía mi pobre perro Ralph, rodeado de otros perros de pésima catadura, que se entretenían en cazar moscas a la sombra…
Sabía ya, pues, cuanto deseaba, aunque no había dicho ni una palabra acerca del perro al derviche. impaciente por comprobar lo de mi perro traté de salir, pero, desaparecida ya la escena, Miss H… se colocó a su vez al lado del derviche, murmurando en su oído no sé qué palabras con ese tono ardiente y apasionado con que suelen las jóvenes enamoradas hablar del adorado él.
–Pensaré en él –dijo.
No bien formulado casi mentalmente el deseo que tales palabras entrañaban, cuando se nos presentó una gran planicie de arena, en cuyo fondo se veía el azulado mar bajo los rayos del sol y un gran vapor surcando las aguas a lo largo de la costa, seguido de blanca estela. La cubierta hormigueaba de pasajeros, y entre ellos resaltaba, apoyado contra la barandilla de popa, un apuesto joven… ¡Era él!
Miss H… suspiró, se sonrió y sonrojó alternativamente con la natural emoción. Después concentró de nuevo su pensamiento, y he aquí ya que al par el barco se aleja y desaparece. El espejo mágico queda unos momentos sin panorama. Mas bien pronto otras manchas luminosas aparecen en su faz, que componen al fin el ámbito de una biblioteca con alfombra y cortinones verdes. Ante un montón de libros y sentado en una frailera, está escribiendo un anciano a la luz de la lámpara. Su cabello es gris y está peinado hacia atrás; su cara toda afeitada y respirando benevolencia…
El derviche hizo entonces un pequeño movimiento con la mano, imponiéndonos silencio. La luz del mágico campo palideció y de nuevo que damos sin ver imagen ninguna. De allí a poco tornó a mostrársenos Constantinopla, y con ella nuestra habitación del hotel con sus libros y periódicos sobre la mesa; el sombrero de viaje de mi amiga colgado en la percha, y sobre su cama el vestido que se había quitado aquella mañana para venir. Los detalles más reales completaban el cuadro, y para mayor maravilla vimos sobre la mesa dos cartas sin abrir, recién traídas por el correo y cuya letra de los sobres al punto fue reconocida por mi amiga. Eran ambas de un pariente suyo muy querido, por cuyo silencio se sentía inquieta hacía días.
Nuevo cambio de la mágica escena, y henos ya como en el cuarto ocupado por el hermano de Miss H…, quien yacía echado hacia atrás en un sillón, mientras que un criado le ponía paños en la cabeza, de la que con horror vimos que salía sangre. No acertábamos a explicarnos aquello, habiéndole dejado hacía una hora y en perfecta salud. Miss H… lanzó un grito, y cogiéndome presurosa por la mano se lanzó hacia la puerta. Llegamos presurosos a casa, pudiendo comprobar, en efecto, que el joven hermano de Miss H… acababa de caerse por la escalera, produciéndose una herida de escasa importancia; que sobre la mesa de nuestro gabinete esperaban, recién traídas, dos cartas dirigidas a Miss H… por un pariente desde Atenas. No me faltó más para comprobar en un todo nuestras visiones de el campo luminoso del espejo mágico del derviche, sino tomar un carruaje, dirigirnos hacia el Ministerio de Hacienda, en cuyo foso, tal y como tuviese la desdicha de verle en aquel espejo, estropeado, famélico, pero aún con vida, yacía mi hermoso perdiguero, rodeado de otros perros de mal aspecto que cazaban moscas…
Cuento publicado en "Narraciones ocultistas y cuentos macabros" de H.P. Blavatsky

sábado, 7 de marzo de 2009

¿Qué Es La Teosofía?



La pregunta básica para todos aquellos que llegan buscando, demos primero parte de la definición que nos da H.P.Blavatsky en uno de sus articulos publicados en Theosophist, en Octubre de 1879:

"...la Teosofía es la arcaica Religión-Sabiduría, la doctrina esotérica un tiempo familiar en todo país antiguo considerado civil. Según nos muestran todas las escrituras antiguas, esta "Sabiduría" era una emanación del Principio divino cuya clara comprensión está representada en nombres como el hindú Buddh, el babilonio Nebo, el egipcio Thoth, el griego Hermes y también en los patronímicos de algunas diosas: Metis, Neitha, Atena, la Sophia gnóstica y finalmente los Vedas, cuyo nombre deriva del verbo "conocer." Todos los antiguos filósofos orientales y occidentales, los hierofantes egipcios, los rishis de Aryavarta y los theodidaktoi griegos incluían, bajo esta designación, el conocimiento completo de las cosas ocultas y esencialmente divinas. Al Mercavah de los Rabinos judíos, las series seculares y populares, se le designaba simplemente como el vehículo, el recipiente externo que contenía el conocimiento esotérico. Los Magos de Zoroastro recibían su instrucción e iniciación en las cuevas y en las logias secretas de Bactria, los hierofantes egipcios y griegos tenían sus apporrheta o discursos secretos durante los cuales el Mysta llegaba a ser un Epopta: un Vidente." "...Es notorio que Zoroastro, Buddha, Orfeo, Pitágoras, Confucio, Sócrates, y Ammonio Sacas no escribieron nada. La razón de ésto es obvia. La Teosofía es un arma de doble filo e inadecuada para el ignorante o el egoísta. Análogamente a cada filosofía antigua, tiene sus defensores entre los modernos; sin embargo, hasta recientemente, sus discípulos eran un grupo muy exiguo y procedían de las sectas y opiniones más variadas. Eran completamente especulativos y aunque no fundaron ninguna escuela, lograron ejercer una influencia silenciosa en la filosofía. Indudablemente, en el momento propicio, muchas ideas así tácitamente propagadas, podrán impartir nuevas direcciones al pensamiento humano. Esta observación es de Kenneth R. H. Mackenzie IX..."

Simmons en su CURSO BÁSICO DE TEOSOFÍA nos dice:
"La Teosofía puede quizá considerarse como una síntesis de religión, filosofía y ciencia. No puede decirse que sea precisamente una religión, pues no ata al individuo a ninguna creencia o credo, sino que es una dedicación a la búsqueda eterna de lo Divino por el hombre. Las religiones del mundo son métodos para esta búsqueda y por tanto son temas para estudio teosófico. Puede decirse que la Teosofía parte de la afirmación fundamental de la existencia de una Fuente o Principio Divino, llamado por nombres diversos en partes diferentes del mundo y durante épocas diferentes."

sábado, 14 de febrero de 2009

Quinto Encuentro Teosófico

Con el título de "Una conciencia transformadora para el nuevo Milenio" dió María Carmen César de la sección española, sus conferencias, una de las cuales "La Teosofía en el siglo XXI", nos plantea la idea de como se debe llevar la vida teosófica en este siglo tan vóragine y en el cual pareciera no hubiera lugar para el espiritualismo.
Si Madame Blavatsky hubiera contado con las herramientas de hoy en día, talvez habría difundido con mayor rápidez y eficacia los conocimientos que tan valiosos han resultado para la humanidad.
Las palabras "karma" o "reencarnación" son ya hoy parte del vocabulario de la cultura occidental, y ésto en gran parte en que personas como Blavatsky o Annie Besant difundieron los conocimientos de Oriente hace ya más de cien años.
Sin embargo, hoy siguen aún un poco desvirtuados ese tipo de conceptos, y hoy en día proliferan sectas y agrupaciones "new age" que toman ese tipo de conceptos para hacer de ellos doctrinas del momento y con fines de lucro. Tengamos cuidado de ellas y sigamos en nuestro camino, nuestro objetivo que es mantener una fraternidad universal entre todos los credos, sexos, razas y pensamientos.
Aqui un video del evento.

sábado, 3 de enero de 2009

Teosofía a la Poblana

A mediados de Diciembre de 2008 la Sociedad Teosófica en Puebla cerró actividades con la visita del Dr. Alexis Herrera de la logia de Veracruz, expuso "descondicionamiento, un nuevo nacimiento".
¿Cómo podria resumir la ponencia de Alexis? Cónocete a ti mismo, simple.
No podemos seguir con los condicionamientos que nos impone la sociedad, como el miedo, el rencor, el mal comer, la envidia, ese espíritu de siempre competir, de siempre querer más y más dinero, de chismorrear, etc
El conocimiento del cuerpo humano (sus 7 cuerpos) nos puede llevar a conocer la estructura del universo, porque "lo que es arriba es abajo, lo que es adentro es afuera" Analogías cósmicas, y es entonces ahi, donde el hombre fluye y no se deja llevar por tiranías mentales.
Dejo el video, donde en su mayor parte salen dos personas con conocimientos admirables: María Mengelt y Alexis Herrera (no le llamen doctor, Alexis o Negro, por favor!)
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