Después de mucho tiempo de no publicar un post para este blog, solo me queda decir, a manera de disculpa, pero no de justificación, que tener un hijo no es cosa fácil. Sin embargo, nunca dejé de leer y aprender aunque sea un poquito más de este viaje llamado teosofía. Espero darme tiempo de escribir aunque sea un post por mes a partir de ahora, y no dejar olvidada a esta comunidad. Ojo, no es promesa, apenas algo que me gustaría hacer, porque uno nunca conoce las visicitudes que la vida material nos confronta. Hace ya más de un año que decidí dejar a la Sociedad Teosófica en México como miembro, una decisión difícil, que no quería tomar, pero que con cabeza fría tomé. Renuncié por motivos personales principalmente, aunque también hubo factores externos que no me ayudaron mucho a seguir continuando. Las sociedades siempre estarán formadas por hombres, con defectos y virtudes, y están insertadas en un mundo y un sistema materialista.
Pero el estudio sigue, es bastante improbable que en ésta encarnación nos alcance para leer, entender y llevar a cabo los conocimientos que nos han regalado los maestros, y que hemos ido poco a poco develando en la sabiduría oculta. Pero eso no debe ser motivo para desertar u olvidar, hay que seguirle dando, ya sea estudiando en solitario o con un grupo.
Los conocimientos ahí están, siempre esperando, pacientemente, a que un alma humana los aprehenda y los use para beneficio común.
Espero contribuir (de nueva cuenta) con ese grano de arena. Espero que a alguna persona le sirva para crecer, aunque sea un poquito y le ayude un poco en este camino sinuoso que llevamos los que siempre cuestionamos, el camino del despertar.
